Ella está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja. Nunca deja que la alcance. ¿Para qué sirve, entonces, la utopía?...para caminar.

jueves, 12 de abril de 2007

Fe

En silencio, espera. Buscan respuestas sus ojos oscuros, envueltos en niebla. Se acoje en la fe hacia sí misma y observa, inquieta. Hay días en que cree que todo ha sido un sueño. Puede recrearse, una y otra vez, en ellos, en esos recuerdos juguetones y siempre bellos, que arrancan una sonrisa a sus labios sellados. Siente que nada es normal. Que nada es real. Vive en una fantasía extraña que aún no alcanza a comprender. La conoce muy bien, incluso en sus momentos de duda, conoce con total precisión todos sus detalles. Su mente es traicionera. Llega un momento en que no es capaz de seguir construyendo su vida. Entonces sus manos notan el temblor; un escalofrío rápido y helada recorre su espalda y el susurro del miedo acaricia su oído. Le dice que todo va a caerse y, entre los escombros, ella misma, derrumbada, derrotada, sola.
Y antes de que ocurra, ya sabe que pasará, tarde o temprano llegará. Y por eso espera, callada y atenta. No quiere que la pille desprevenida ni que la tire de bruces al suelo. Intenta conservar la calma para no salir corriendo ni gritar. Intenta estar alerta para plantarle cara a su pesadilla. Abre bien los ojos empañados. Sabe que debe ser fuerte, se agarra con uñas y dientes a su fe.

Es lo que siempre le queda...ella misma.
Confía en ella, confía en sí misma.


3 comentarios:

JuanMa dijo...

Y hace bien en confiar, pues es alguien especial.

Pero espero que no pierda del todo la fe en los demás.

Isabel dijo...

¿Sabes?al final sólo nos tenemos a nosotros mismos,así que nunca pierdas la fe en ti misma,amiga...
Ese creer en ti va a convertirse en el motor de tus dias y noches.Yo te diria:quiérete mucho... ;-)
Un besote,Lorena.

Isabel dijo...

Bonito montaje de fotos,Lorena...Un besito.