Ella está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja. Nunca deja que la alcance. ¿Para qué sirve, entonces, la utopía?...para caminar.

jueves, 17 de enero de 2008

El hombre de mi vida


Es inconfundible, el más auténtico, el más importante para mí.
Nadie sabe abrazarme como él lo hace, entre sus grandes manos, entre sus brazos capaces de frenar la más potente tempestad. Tiene los ojos negros y la sonrisa dulce como la de un niño pequeño. Me tranquiliza su voz, me gusta escucharle y estaría la vida entera suspendida en su alegría. Ha sufrido mucho, quizá no soy siquiera capaz de lograr a entenderlo todo, pero sé que no guarda rencor aunque sí hay un almacén de tristezas dentro de su corazón. Ha vivido mil vidas, corrido muchas juergas, no dormido muchas noches. Se levanta tempranísimo, en silencio se viste y trabaja sin protestar. Tiene una buena mente, pero no estudió por azares de la vida, la mala suerte se ha cruzado más de una vez en su camino. Pero, a pesar de todo, hoy me dijo que ha sido feliz; que ha disfrutado de la vida que ha tenido, exprimiéndola casi siempre al máximo. Yo me enamoro un poco más enredada en sus recuerdos, cuando aún yo no era la mujer de su vida aunque él estaba destinado a ser el de la mía.
Lucha contra la tecnología, aunque es un amante de ella. Sus ojos se llenan de colores relatando las imágenes vistas. Lo da todo sin pedir nada, es así, le sale de ese alma tan grande que tiene: arregla puertas, te recoje y te lleva, te regala, te hace la cena...es tan maravilloso, que me faltan palabras, igual que a él le faltan adjetivos para explicar lo mucho que lo quiero y lo esencial que ha sido en mi breve existencia.
Yo sin él, no soy yo. Yo con él, lo puedo todo.
Gracias por ser siempre el hombre de mi vida...papá.

1 comentario:

Isabel dijo...

Seguramente es el hombre de tu vida porque, además de dártela, te abrió y allanó todos los caminos,a base de bastantes sacrificios,para que hoy seas la mujer que eres.
Muy hermoso texto,Lorena.
Se sentirá muy orgulloso si lo lee.
Un besazo.