A veces me pregunto qué aprendí antes: a soñar o a leer. Me recuerdo siempre con un libro entre las manos; también me imagino así. En cada una de las páginas de los libros que habitan en mi estantería están mezcladas las historias, las de los personajes protagonistas, las mías también. Sus letras me mostraron otras culturas, me enamoraron con grandes historias de amor, me hicieron reír y también llorar.
Hoy, un bonito y soleado 23 de abril, es el día del libro. Un día corriente para celebrar un acto corriente. Curiosamente, cuando termina el día, en mi habitación siempre comienza la noche del libro. Para mí, pocas cosas en el mundo son más emocionantes, más económicas y fascinantes.
Ella está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja. Nunca deja que la alcance. ¿Para qué sirve, entonces, la utopía?...para caminar.
jueves, 23 de abril de 2009
sábado, 18 de abril de 2009
Instantes llenos de vida
Luz que nunca se extingue
Te equivocas, sin duda. Alguna vez alcanzan
tus manos el milagro;
en medio de los días indistintos,
tu indigencia, de pronto, toca un fulgor que vale
más que el oro más puro:
con plenitud respira tu pecho el raro don
de la felicidad. Y bien quisieras
que nunca se apagara la intensidad que vives.
Después, cuando parece que todo se ha cumplido,
te entregas, cabizbajo, a la añoranza
del breve resplandor maravilloso
que hizo hermosa tu vida y sortilegio el mundo(...)
Eloy Sánchez Rosillo
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