Ella está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja. Nunca deja que la alcance. ¿Para qué sirve, entonces, la utopía?...para caminar.

viernes, 29 de enero de 2010

Demasiado

En estos días me ahogan las palabras. Son demasiadas palabras las que tengo que grabar en mi memoria; algunas sin mucho sentido ni utilidad; otras bastante complejas para retenerlas a la perfección. No me hace falta estudiar mi cerebro para saber lo maravilloso que es, ni tampoco para recordar que es imperfecto. Hay cosas dentro de esta cabecita que no seré capaz de comprender. Algunas veces ni siquiera me esfuerzo por entender por qué me comporta de esta o aquella manera. Es como preguntarte por qué has deseado algo que quizá no deberías. Cuanto más estudio al ser humano, más incógnitas me invaden. No me consolará saber que las glándulas suprrarrenales liberan corticoesteroides como los glucocorticoides y los mineral corticoides; tampoco me quitará el sueño la metáfora del ordenador ni la codificación a la que somete mi memoria a toda la información del mundo que me rodea. Me asusta adentrarme en todos los detalles que conforman nuestro mundo más interno. Me gustaría conservar el misterio, seguir creyendo que todo lo que me compone es misterioso y mágico, no darme cuenta de que mis hormonas controlan un gran porcentaje de mí misma, no entristecerme cuando me doy cuenta de que ese deseo tan pecaminoso, esa gula incontrolable, esa furia peligrosa...son simplemente fisiología humana.
Demasiadas palabras, ¿verdad? Demasiadas ideas, demasiados sueños.
Por más que lo intente, no tengo remedio. Quiero un mundo a mi manera y, aunque no lo tenga, soñaré con tenerlo.

1 comentario:

FranBlanco dijo...

Me quedo con lo incontrolable de cada uno de nosotros... lo incontrolable e slo más puro... no? y a veces es genial que salga a la luz :)

¡Te perdí la vista! Me alegra que nos recuperemos señorita... un gran beso bloggero:)