Ella está en el horizonte. Camino dos pasos y ella se aleja. Nunca deja que la alcance. ¿Para qué sirve, entonces, la utopía?...para caminar.

jueves, 11 de julio de 2013

Volver a empezar


En un momento lo tienes todo y, sin darte cuenta, soplas demasiado fuerte el diente de león. Todo se va tan rápido como llegó, por sorpresa y dejándote con un sabor agridulce en la boca.
Las heridas no son las mismas después de haberle visto el ojo al huracán antes, pero escuecen por más que quieras convencerte. Pero ya lo decía Jodorowsky, que sean semillas tus errores. Así que toca seguir, poner al vendaval esa buena cara que no te sale, porque el fracaso te llena la lengua y en los ojos no hay lágrimas ni parpadeos, sólo asombro. Asombro por el poder que puedes darle a una persona sobre tu vida,  recelo, porque no eres tan lista y cualquiera puede llegar para enredarte en una red que tú sueñas con llamar amor, incertidumbre, ahora vuelven todas esas dudas sobre qué será de ti y si podrás cuidarte tú sola en la jungla de la vida.